Libro: Yo no tengo la culpa de haber nacido tan sexy.
Año: 1997.
ISBN: 978-84-8310-035-6
Género: Novela.
Autor: Eduardo Mendicutti.
Editorial: Tusquets Editores.
Páginas: 280.
Sinopsis del libro.
Mi valoración.
Nos encontramos con una obra de título bastante largo y sugerente, aparte de un muy buen cuidado amor propio (como dicen en mi pueblo: ¡no te hace falta abuela!) que encaja y define perfectamente a la protagonista de esta novela.
La susodicha (antes susodicho, por error y capricho de la naturaleza, que corrigió vía quirófano y bisturí) llega a la conclusión de que la vía mística es la única manera de mantenerla tan divina por fuera cómo por dentro.
Y entre tanto, conoce a un chico que estuvo obsesionado con su físico que a la vez, persigue la comunicación con el Amado (así se refiere el libro a la entidad suprema divina) mediante la levitación, éste le hará conocer un camino a nuestra protagonista a través de monasterios para obtener la paz y serenidad interior necesaria para la comunicación con el Amado.
Personalmente, creo que la prosa está en términos generales bien, pero a veces, se enrevesa demasiado para describir cosas simples y esto provoca en ciertos momentos, aburrimiento.
Respecto a la trama, pues está bien, a veces te saca una sonrisa, pero tampoco es nada del otro mundo, es más, creo que el autor ha desperdiciado la figura de Dani (el chico musculoso), en mi opinión, este personaje se le podría haber sacado muchísimo más partido en vez de irse apagando poco a poco.
Mi puntuación de 0 a 10 es un 6.
Autor: Eduardo Mendicutti.
Editorial: Tusquets Editores.
Páginas: 280.
Sinopsis del libro.
Rebecca de Windsor, una hermosísima mujer dedicada con gran éxito al espectáculo, descubre un día ante el espejo que los años no pasan en vano y que el tiempo empieza a hacer mella en su cuerpo.
Consciente de que alguien como ella, que siempre ha sabido imponerse al destino y que siempre ha querido -y conseguido- ser la primera en todo, no puede permitirse el lujo de no encontrar la vía más digna hacia un madurez superior, toma un buen día una firme determinación: emprender el camino de santidad, elevarse por encima de los demás mortales y alcanzar las cimas ahora sólo holladas por los místicos.
Todo ello entraría en la más absoluta normalidad de estos tiempos de desconcierto, si no fuera porque Rebecca de Windsor, de hecho, fue durante treinta y siete años de su vida Jesús López Soler y porque nadie, ni siquiera ella, escapa a las muchas trampas de la memoria.
Consciente de que alguien como ella, que siempre ha sabido imponerse al destino y que siempre ha querido -y conseguido- ser la primera en todo, no puede permitirse el lujo de no encontrar la vía más digna hacia un madurez superior, toma un buen día una firme determinación: emprender el camino de santidad, elevarse por encima de los demás mortales y alcanzar las cimas ahora sólo holladas por los místicos.
Todo ello entraría en la más absoluta normalidad de estos tiempos de desconcierto, si no fuera porque Rebecca de Windsor, de hecho, fue durante treinta y siete años de su vida Jesús López Soler y porque nadie, ni siquiera ella, escapa a las muchas trampas de la memoria.
Nos encontramos con una obra de título bastante largo y sugerente, aparte de un muy buen cuidado amor propio (como dicen en mi pueblo: ¡no te hace falta abuela!) que encaja y define perfectamente a la protagonista de esta novela.
La susodicha (antes susodicho, por error y capricho de la naturaleza, que corrigió vía quirófano y bisturí) llega a la conclusión de que la vía mística es la única manera de mantenerla tan divina por fuera cómo por dentro.
Y entre tanto, conoce a un chico que estuvo obsesionado con su físico que a la vez, persigue la comunicación con el Amado (así se refiere el libro a la entidad suprema divina) mediante la levitación, éste le hará conocer un camino a nuestra protagonista a través de monasterios para obtener la paz y serenidad interior necesaria para la comunicación con el Amado.
Personalmente, creo que la prosa está en términos generales bien, pero a veces, se enrevesa demasiado para describir cosas simples y esto provoca en ciertos momentos, aburrimiento.
Respecto a la trama, pues está bien, a veces te saca una sonrisa, pero tampoco es nada del otro mundo, es más, creo que el autor ha desperdiciado la figura de Dani (el chico musculoso), en mi opinión, este personaje se le podría haber sacado muchísimo más partido en vez de irse apagando poco a poco.
Mi puntuación de 0 a 10 es un 6.
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