Libro: Una Lectora Nada Común.
Año: 2008.
ISBN: 978-84-339-7475-4
Género: Novela.
Autor: Alan Bennet.
Editorial: Anagrama.
Páginas: 119.
Sinopsis del libro.
Si sus perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio.
Y no habría conocido a Norman, el joven pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su peculiar asesor literario. Pero ya que estaba allí, la reina decide llevarse un libro.
¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada? Isabel II de Inglaterra descubre en los estantes de la biblioteca el nombre de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett.
Y de ella a Proust. Y de Proust a Genet, cuya sola mención hará temblar al presidente de Francia, sólo median algunos libros.
Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido un lugar vacío ocupado por una fuerte idea del «deber», descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer.Mi valoración.
Novela que basa su historia en el caso de que la Reina de Inglaterra, Isabel II, se aficionara a la lectura de una manera casi compulsiva, devorando libros a cada instante.
El argumento del libro está exagerado, ya que describe cómo Isabel II se apasiona a los libros y en ese instante, descubre un mundo bastante provechoso que nunca exploró.
Esto hace que deje de lado o no cumpla de forma rigurosa sus cometidos como Reina, provocando en la gente que la custodia y aconseja una llamada de alerta e incomodidad, incluso llegando a pensar que la Reina está sufriendo achaques de enfermedad.
Es un libro que va de menos a más, aunque ese más tampoco es nada del otro mundo, lo mejor el párrafo del final.
No es un libro que pueda recomendar, por lo tanto, mi puntuación de 0 a 10 es un 4.
Autor: Alan Bennet.
Editorial: Anagrama.
Páginas: 119.
Sinopsis del libro.
Si sus perros hubieran respondido a su llamada, la reina no habría descubierto el vehículo de la biblioteca móvil del ayuntamiento aparcado junto a las puertas de las cocinas del palacio.
Y no habría conocido a Norman, el joven pinche de cocina que estaba leyendo un libro de Cecil Beaton e iba a constituirse en su peculiar asesor literario. Pero ya que estaba allí, la reina decide llevarse un libro.
¿Y qué puede interesar a alguien cuyo único oficio es mostrarse interesada? Isabel II de Inglaterra descubre en los estantes de la biblioteca el nombre de una escritora que conoce, Ivy Compton-Burnett.
Y de ella a Proust. Y de Proust a Genet, cuya sola mención hará temblar al presidente de Francia, sólo median algunos libros.
Así, azarosamente, ella, que hasta entonces sólo había sido un lugar vacío ocupado por una fuerte idea del «deber», descubrirá el vértigo de la lectura, del ser, del placer.
«Una comedia deliciosa, y una poderosa reflexión sobre el poder, y el poder de la letra impresa» (Michael Dirda, The Washington Post).
«Un cuento de hadas cautivador, delicioso y muy divertido. Una aguda meditación acerca del subversivo placer de la lectura» (Michiko Kakutani, The New York Times).
Novela que basa su historia en el caso de que la Reina de Inglaterra, Isabel II, se aficionara a la lectura de una manera casi compulsiva, devorando libros a cada instante.
El argumento del libro está exagerado, ya que describe cómo Isabel II se apasiona a los libros y en ese instante, descubre un mundo bastante provechoso que nunca exploró.
Esto hace que deje de lado o no cumpla de forma rigurosa sus cometidos como Reina, provocando en la gente que la custodia y aconseja una llamada de alerta e incomodidad, incluso llegando a pensar que la Reina está sufriendo achaques de enfermedad.
Es un libro que va de menos a más, aunque ese más tampoco es nada del otro mundo, lo mejor el párrafo del final.
No es un libro que pueda recomendar, por lo tanto, mi puntuación de 0 a 10 es un 4.
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